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para todos aquellos fanaticos de las historias de ficcion y los vampiros en este blog publicare los libros de la exitosa saga que a arrasado por EEUU cronicas vampiricas (de la serie vampires diarie)...


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martes, 2 de febrero de 2010

FURIA-- CRONICAS VAMPIRICAS-- CAPITULO 11

Elena contempló cómo el rifle del señor Smallwood rebotaba sobre
la hierba. Disfrutó con la expresión del rostro del hombre cuando éste
giró en redondo para averiguar qué se lo había arrebatado Y sintió la
llamarada de la aprobación de Damon desde el otro extremo de la
zona iluminada, feroz y ardiente como el orgullo de un lobo ante la
primera presa de su cachorro. Pero cuando alcanzó a ver a Stefan
caído en el suelo, olvidó todo lo demás. Una furia inconmensurable la
dejó sin aliento, y empezó a avanzar hacia él.
--¡Qué todo el mundo se detenga! ¡Déjenlo estar todo, quédense
justo donde están!
El grito les llegó junto con el chirrido de neumáticos. El coche de
Alaric Soltzman casi patinó al penetrar en el aparcamiento y frenó en
seco con un chirrido. Alaric saltó de él casi antes de que dejara de
moverse.
-¿Qué está pasando aquí? --exigió, avanzando a grandes 'zancadas
hacia los hombres.
Al oír el grito, Elena habla retrocedido automáticamente al interior
de la zona en sombra, y en aquellos momentos contemplaba los
rostros de los hombres mientras éstos giraban hacía el recién llegado.
Además del señor Smallwood, reconocio al señor Forbes y al señor
Bennett, el padre de Vicky Bennett Los otros hombres debían de ser los
padres de los otros chicos que habían estado con Tyler en el cobertizo,
se dijo
Fue uno de los desconocidos quien respondió a la pregunta, con una
enunciación lenta que no conseguía ocultar todo el nerviosismo
subyacente.
-Pues bien, que nos hemos cansado de seguir aguardando.
Decidimos acelerar un poco las cosas.
El lobo gruño. Fue un retumbo sordo que se elevó hasta convertirse
en un gruñido parecido al de una motosierra. lo dos los hombres
retrocedieron con un estremecimiento, y los ojos de Alaric se
desorbitaron al advertir la presencia del animal por vez primera.
Sonaba otra sonido, más quedo y continuado, procedente de una
figura acurrucada junto a uno de los coches. Carolaine Fabes
lloriqueaba sin cesar.
-Dijeron que sólo querían hablar con él. No me dijeron Io que iban a
hacer.
Alaric, con un ojo puesto en el lobo, la señaló con un ademan.
- ¿E ibais a dejar que presenciara esto? ¿Una jovencita? ¿Os dais
cuenta del daño psicológico que eso le podría causar?
-¿Qué hay del daño psicológico cuando te desgarren la garganta?
-replicó el señor Forbes, y hubo gritos de asentimiento-. Eso es
precisamente lo que nos preocupa.
-En ese caso será mejor que se preocupen de encontrar al hombre
correcto --dijo Alaric--. Caroline -añadió, volviéndose hacia la
muchacha-. Quiero que pienses. No llegamos a finalizar nuestras
sesiones. Sé que cuando lo dejamos pensabas haber reconocido a
Stefan. Pero ¿estás absolutamente segura de que fue él? ¿Podría haber
sido alguna otra persona, alguien .que se le pareciera?
Caroline se irguió, apuntalándose contra el coche y alzando un
rostro manchado de lágrimas. Miró a Stefan, que acababa sentarse en
el suelo, y luego a Alaric
-Yo...
-Piensa, Caroline. Tienes que estar absolutamente segura.
¿Hay alguna otra persona que pudiera haber sido, como..?
-Como ese chico que dice llamarse Damon Smith –se escucho decir a
la voz de Meredith; la muchacha era una esbelta sombra de pie junto
al coche de Alaric-. ¿Le recuerdas, Caroline? Vino a la primera fiesta de
Alaric. Se parece a Stefan en Algunos aspectos.
La tensión mantuvo a Elena en perfecta suspensión mientras
Caroline abría mucho los ojos, perpleja. Luego, lentamente, la
muchacha de cabellos color caoba empezó a asentir.
-Sí... Podría haber sido, supongo. Todo sucedió tan de prisa. Pero
podría haber sido.
-¿Y realmente no puedes estar segura de cuál fue? inquirió Alaric.
- No… no absolutamente segura.
-Lo ven -dijo Alaric-. Les dije que necesitaba más sesiones, que no
podíamos estar seguros de nada aún. Todavía sigue muy confundida.
El profesor avanzaba, con cuidado, hacia Stefan. Elena advirtió que
el lobo había vuelto a retroceder hacia el interior de las sombras. Ella
podía verle, pero los hombres probablemente, no.
La desaparición del animal los hizo más agresivos.
-¿De qué habla? ¿Quién es ese Smith? Nunca le he visto.
-Pero su hija Vickie probablemente lo ha hecho, señor Bennetl-dijo
Alaric-. Eso podría salir en la siguiente sesion con ella. Hablaremos de
ello mañana; puede esperar ese tiempo. Ahora creo que lo mejor será
que lleve a Stefan a un hospital
Algunos de los hombres dieron muestras de desasosiego.
-Ya, desde luego, y mientras nosotros aguardamos, cualquier cosa
podría suceder --empezó a decir el señor Smillwood. En cualquier
momento, en cualquier parte...
-¿Así que entonces van a tomarse sencillamente la justicia por su
mano? -inquirió Alaric, y su voz se había endurecido-. ¿'Tanto si tienen
al sospechoso correcto como si no? ¿Dónde están sus pruebas de que
el chico posee poderes sobrenaturales? ¿Qué prueba tienen? ¿Cuánta
resistencia opuso siquiera?
-Hay un lobo por aqui que si opuso mucha resistencia --replicó el
señor Smallwood con el rostro ruborizado-. A lo mejor están juntos en
ello,
- No veo ningún lobo. Vi un perro. Quizás uno de los perros que
escaparon de la cuarentena. Pero ¿qué tiene eso que ver con todo ello?
Les digo que en mi opinión profesional han cogido al hombre
equivocado.
Los hombres titubeaban, pero todavía existía algo de duda en sus
rostros. Meredith tomó la palabra.
---Creo que deberían saber que ha habido ataques de vampiros en
este condado con anterioridad –dijo--. Mucho tiempo antes de que
Stefan llegara aquí. Mi abuelo fue una víctima. Quizá alguno de
ustedes ha oído hablar de ello--. Miré en dirección a Caroline
Aquello puso fin a la cuestión. Elena vio cómo los hombres
Intercambiaban miradas inquietas y retrocedían hacia sus coches De
improviso, todos parecían ansiosos por hallarse en otro lugar.
El señor Smallwood fue uno de los que se rezagaron para decir:
--Dijo que hablaríamos sobre esto mañana, Saltzman. Quiero oír lo
que cuenta mi hijo la próxima vez que lo hipnoticen.
El padre de Caroline se hizo cargo de su hija y se metió en el coche
a toda prisa, mascullando algo sobre que todo aquello hera una gran
una gran equivocación y que nadie se lo tornaba suficientemente en
serio.
Cuando el último coche marchó, Elena corrió junto a Stefan
-¿Estás bien? ¿Te hicieron daño?
El joven se aparto del brazo de Alaric que lo sostenía. -Alguien me
golpeó por detrás mientras hablaba con Caroline. Estoy bien ahora.
-Dirigió una veloz mirada a Aleric. Gracias. ¿Por qué?
-Está de nuestra parte---explicó Bonnie, reuniéndose con ellos-- Os lo
dije. Vaya, Stefan, ¿estás bien de verdad? Por un minuto pensé que iba
a desmayarme ahí- No iban en serio. Quiero decir que en realidad no
podían pensar seriamente en...
-En serio o no, no creo que debamos permanecer aquí -dijo
Meredith-. ¿Necesitas realmente ira un hospital? -No -repuso Stefan,
mientras Elena examinaba con ansiedad el corte de su cabeza-- Solo
necesito descanso. Algún lugar donde sentarme.
--Tengo mis llaves. Vayamos al aula de historia -indicó Alaric.
Bonnie paseaba la mirada por la oscuridad con aprensión.
--¿El lobo también? Inquirió, y luego pegó un brinco cuando una
sombra adquirió solidez y se convirtió en Damon -¿Qué lobo?
-preguntó éste.
Stefan giró levemente, haciendo una mueca de dolor.
Gracias también a ti -dijo con frialdad.
Pero los ojos de Stefan permanecieron puestos en su hermano con
algo parecido a la perplejidad mientras se encaminaban al edificio de
la escuela.
En el vestíbulo, Elena se lo llevó aparte.
-Stefan, ¿cómo es que no advertiste que se acercaban por detrás?
¿Por qué estabas tan débil?
Stefan sacudió la cabeza evasivamente, y ella añadió:
¿Cuándo fue la última vez que te alimentaste? Stefan, ¿cuándo fue?
Siempre das alguna excusa cuando yo ando por ahí. ¿Qué estás
intentando hacerte?
Estoy bien -dijo-. De verdad, Elena. Cazaré más tarde
¿Lo prometes?
- Lo prometo.
En aquel momento, a Elena no se le ocurrió que no habían acordado
que significaba mas tarde. Permitió que él la condujera pasillo
adelante.
El aula de historia parecía distinta de noche a los ojos de Elena.
Había una atmosfera extraña en ella, como si las luces fueran
demasiado fuertes En aquel momento todos los pupitres estaban
retirados a un lado, y había cinco sillas colocadas ante la mesa de
Alaric Éste, que justo acababa de organizar el mobiliario, instó a Stefan
a ocupar su propio asiento acolchado.
Bien, ¿por qué no os sentáis los demás?
Se limitaron a mirarle. Al cabo de un momento, Bonnie se dejo caer
en Una silla, pero Elena permaneció junto a Stefan, Damon se quedó
recostado a mitad de camino entre el grupo y la 'aula, y Meredith
empujó algunos papeles hasta la parte central de la mesa de Alaric y
se acomodó sobre una esquina de ella. La mirada de profesor
desapareció de los ojos de Alaric.
Muy bien-dijo, y se sentó en una de las sillas para alumnos. --Bueno
-Bueno –dijo Elena.
Todo el mundo miró a todo el mundo Elena tomó un pedazo de
algodón del botiquín de primeros auxilios que había al lado en la
entrada y empezó a dar ligeros toques a la cabeza de Stefan con él.
-Creo que es hora de esa explicación -indicó.
De acuerdo. Si. Bueno, todos parecéis haber adivinado que no soy
un profesor de historia...
A los cinco minutos -replicó Stefan.
La voz del muchacho sonó tranquila y peligrosa, y con un
estremecimiento, Elena advirtió que le recordaba a la de Damon
-.Así pues, ¿qué eres?
Alaric efectuó un gesto de disculpa y respondió casi con timidez
-Un psicólogo. No de los que usan un diván -añadió
apresuradamente cuando los otros intercambiaron miradas-. Soy un
investigador; un psicólogo experimental. De la universidad Duke. Ya
sabéis, donde se iniciaron los experimentos sobre percepción
extrasensorial.
¿Esos en los que hacen que adivines qué hay en la cartulina sin
mirarlo?-preguntó Bonnie.
Sí, bueno, se ha ido un poco más lejos que eso ahora, desde luego.
Aunque no me disgustaría hacerte una prueba con las cartulinas Rihne,
en especial cuando estás en uno de los trances. -El rostro de Alaric se
Iluminó con científico interes pero en seguida carraspeó y siguió--.
Pero... ah. Como decia, empezó hace un par de años, cuando hice un
trabajo sobre parapsicología. No intentaba demostrar que existieran
poderes sobrenaturales, sólo queda estudiar cuál es su efecto
spicologico en las personas que los poseen. Bonnie, aquí presente es
uno de esos casos. -La voz.. de Alaric adoptó el tono de un ,
conferenciante-. ¿Qué le provoca, mentalmente, emocionalmente,
tener que tratar con esos poderes?
-Es terrible -interrumpió Bonnie con vehemencia. Yo no los quiero.
Los odio.
-Bien, y, lo ves -dijo Alaric- habrías proporcionado un estudio
fantástico. Mi problema fue que no pude hallar a nadie con auténticos
poderes psíquicos que examinan habia gran cantidad de farsantes, ya
lo creo: sanadores con cristales zahoríes, canalizadores, de todo lo
habido y por haber. Pera no pude encontrar nada genuino hasta que
recibí una información de un amigo del cuerpo de policía.
Había una mujer en Carolina del Sur que afirmaba había sido
mordida por un vampiro, y que desde entonces padecía pesadilla
psíquicas. Para entonces yo estaba tan acostumbrado a los farsantes
que esperaba que resultase ser uno más. Pero no lo era, al menos no
respecto a lo de la mordedura. Jamás pude probar que tuviera poderes
psíquicos.
-¿Cómo podías estar seguro de que la habían mordido? -inquirió
Elena.
-Había pruebas médicas. Restos de saliva en las heridas que eran
similares a la saliva humana..., pero no del todo. Contenían un agente
anticoagulante similar al que se encuentro en la saliva de las
sanguijuelas... -Alaric se interrumpió, y luego
Prosiguió a toda prisa-. En cualquier caso, estuve seguro. Y así fue
como empezó. Una vez que estuve convencido de que algo le había
sucedido realmente a la mujer, empecé a buscar otros casos como el
suyo. No había gran cantidad de ellos, pero los había. Personas que
habían tropezado con vampiros.
..Abandoné todos mis otros estudios y me concentré en localizar
víctimas de vampiros y examinarlas. Y aunque lo diga yo mismo, me
he convertido en el experto más importante en ese campo --concluyo
con modestia-. He escrito varios trabajos
,.... -Pero nunca has visto un vampiro en realidad - le interrumpio
Elena-. Hasta ahora, quiero decir. ¿Es así?
Bueno..., no. No en carne y hueso. Por así decirlo. Pero he visto
monografías.. y cosas. -Su voz se fue apagando_
Elena se mordió el labio.
-¿Qué hacías con los perros? -preguntó-. En la iglesia, cuando
agitabas los manos en dirección a ellos
Ah... -Alaric pareció avergonzado-, he aprendido unas cuantas cosas
aquí y por ahí, ya sabes. Era un conjuro que me enseñó un viejo
montañés para rechazar el mal. Pensé que podría funcionar.
-Tienes mucho que aprender-dijo Damon.
-Evidentemente -respondió él con frialdad, y luego hizo una mueca-.
En realidad, ya me imaginé eso justo después de llegar aquí. Vuestro
director, Brian Newcastle, había oído hablar de mí. Conocía los estudios
que realizo. Cuando mataron a Tarner y el
doctor Feinberg no halló sangre en el cuerpo y encontró laceraciones
hechas por dientes en el cuello... Bueno, me llamaron. Pensé que
podría ser una gran oportunidad para mi..., un caso con un vampiro en
la zona. El único problema fue que una vez que llegué aquí me di
cuenta de que esperaban que me ocupara del vampiro. No sabían que
antes sólo habla tratado con las víctimas. Y… bueno, tal vez esto me
superaba. Pero hice todo lo posible por justificar ser confianza...
-Fingiste-acusó Elena-. Eso fue lo que hacía, cuando le oí hablando
con ellos en tu casa sobre hallar nuestra supuesta guarida y Todo eso.
Simplemente, improvisabas.
-Bueno, no del todo-replicó él-. Teóricamente, soy el experto.
-Entonces reaccionó a sus palabras-. ¿A qué te refieres al decir cuando
me oíste hablar con ellos?
-Mientras tú estabas fuera buscando una madriguera, ella dormía en
tu desván -le informó Damon con sequedad. Alaric abrió la boca y
luego volvió a cerrarla.
-Lo que me gustaría saber es cómo entra Meredith en todo estointervino
Stefan, y no sonreía.
Meredith, que había estado contemplando pensativamente. El
revoltijo de papeles que había sobre la mesa de Alaric durante todo
aquel tiempo, alzó los ojos. Habló sin alterarse, sin emoción.
-Le reconocí, ¿sabes? No conseguía recordar dónde le había visto al
principio, porque fue hace casi tres años. Luego comprendí que fue en
el hospital donde estaba mi abuelo. Lo que conté a esos hombres era
la verdad, Stefan. A mi abuelo lo atacó un vampiro.
Hubo un corto silencio, y luego Meredith siguió hablando.
-Sucedió hace mucho tiempo, antes de que yo naciera. No resultó
muy malherido, pero jamás se recuperó completamente. Se volvió...
bueno, algo parecido a como es Vickie, sólo que más violento. Llegó a
tal punto que tuvieron miedo de que se lastimara a sí mismo, o a
alguna otra persona. Así que lo llevaron a un hospital, un lugar donde
estaría a salvo.
-Una institución para enfermos mentales -dijo Elena, y sintió una
punzada de compasión por la muchacha de cabellos oscuros-. Ah,
Meredith. Pero ¿por qué no dijiste nada? Podrías habérnoslo contado.
-Lo sé_ Debería haberlo hecho..., pero no podía. La familia lo ha
mantenido en secreto mucho tiempo; o lo ha intentado, al menos. Por
lo que Caroline escribió en su diario, evidentemente ella lo había oído.
La cuestión es que nadie creyó jamás las historias del abuelo sobre el
vampiro. Simplemente, pensante que era otro de sus delirios, y él tenía
muchísimos. Ni siquiera yo las creía... hasta que llegó Stefan. Y
entonces,.. No sé, mi mente empezó a encajar cosas sin importancia.
Pero realmente no creí lo que pensaba hasta que tú regresaste, Elena.
-Me sorprende que no me odiases -repuso Elena en voz baja.
-¿Cómo podía hacerlo? Te conozco a ti y conozco a Stefan. Se que no
sois malvados. -Meredith no miró a Damon; le ignoraba, como si él ni
siquiera estuviese allí-. Pero cuando recorde haber visto a Alaric
hablando con el abuelo en el hospital, supe que él tampoco lo era. Sólo
que no sabía exactamente como reuniros a todos vosotros para
demostrado.
-Tampoco yo te reconocí --indicó Alaric-. El anciano se llamaba de
otro modo; es el padre de tu madre, ¿verdad? Y puede que te viera
rondando por la sala de espera alguna vez, pero no eras más que una
chiquilla de piernas flacuchas entonces. Has cambiado añadió a modo
de elogio.
Bonnie tosió con un sonido muy significativo.
Elena intentaba organizar las cosas en su mente.
Así pues, ¿qué hacían esos hombres de ahí fuera con una estaca si
tú no los dijiste que estuvieran allí?
Tuve que pedir permiso a los padres de Caroline para hipnotizarla,
desde luego. Y les informé de lo que descubrí.
Pero si pensáis que tuve algo que ver con lo sucedido esta noche, os
equivocáis. Ni siquiera estaba enterado,
-Le he contado lo que hemos estado haciendo, como hemos estado
buscando al Otro Poder -explicó Meredith-. Quiere ayudar.
-Dije que podría ayudar-indicó él con cautela.
-Incorrecto -dijo Stefan .0 estás con nosotros, o contra nosotros. Te
agradezco lo que hiciste ahí fuera, al hablar con, esos hombres, pero
sigue en pie, para empezar; el hecho de que tú iniciaste gran parte de
este problema. Ahora tienes que decidir: ¿estás de nuestro lado- o del
suyo?
Alaric miró a cada uno de ellos, observó la firme mirada de Meredith
y las enarcadas cejas de Bonnie, a Elena, arrodillada en el sucio y el
cuero cabelludo de Stefan, que cicatrizaba ya, Luego desvió los ojos
hacia Damon, que estaba recostado en la pared, sombrio y taciturno.
-Ayudaré-dijo por fin-. Demonios, es el estudio definitivo..
-Entonces, de acuerdo -dijo Elena- Estas dentro, Ahora, ¿qué pasará
con el señor Smallwood mañana? ¿Y si quiere que vuelvas a hipnotizar
a Tyler?
-Le daré largas -respondió él-. No funcionará eternamente, pero nos
dará algún tiempo. Le diré que tengo que ayudar con el baile...
-Espera --dijo Stefan--. No debería haber un baile, no si existe algún
modo de evitarlo. Estás en buenas relaciones con el director; puedes
hablar con la junta escolar- Haz que lo cancelen.
Alaric pareció sobresaltado, - ¿Crees que va a suceder algo?
-Sí -respondió Stefan-; no sólo debido a lo que ha sucedido en otros
públicos, sino porque se está preparando algo. Se ha estado
preparando toda la semana; puedo percibirlo.
También yo –dijo Elena.
No había reparado en ello hasta aquel momento, pero la tensión que
sentía, la sensación de urgencia, no estaba simplemente dentro de
ella. Estaban fuera, por todas partes. Enrrarecian el ambiente.
-Algo va a suceder, Alaric.
Alaric soltó aire con un quedo silbido
-Bueno, puedo intentar convencerlos, pero… no se. Vuestro director
está empeñado en mantener un aspecto de normalidad en todo. Y no
es como si yo pudiera darle alguna explicación racional. Para querer
clausuralo.
Esfuérzate –dijo Elena.
-Lo haré. Y entretanto, tú tal vez deberías pensar en protegerte, Si
lo que Meredith cuenta es cierto, entonces la mayoria de los ataques
se han producido contra ti y la gente próxima a ti. A tu novio lo
arrojaron a un pozo; a tu coche lo persiguieron hasta arrojarlo al río;
arruinaron tu funeral. Meredith dice que incluso tu hermana pequeña
resultó amenazada. Si algo va a suceder mañana, tal ver deberías
abandonar la ciudad.
Entonces le tocó a Elena el turno de sobresaltarse. Nunca había
pensado en los ataques de ese modo, pero era cierto, Oyó cómo Stefan
inhalaba con fuerza y sintió que los dedos del muchacho se cerraban
con Más fuerza sobre los suyos.
-Tiene razón - dijo Stefan-. Deberías marchar, Elena, Yo puedo
quedarme hasta que...
-No. No me voy sin ti. Y -prosiguió Elena, lentamente,
considerándolo con cuidado ---no voy a ir a ninguna parte hasta que
encontremos al Otro Poder y lo detengamos. –Alzó los ojos hacia él
muy seria, hablando de prisa ahora-. Stefan, no te das cuenta, nadie
más tiene una posibilidad siquiera contra él. El sentir Smallwood y sus
amigos no tienen ni idea. Alaric piensa que se le puede combatir
agitando las manos ante él. Ninguno de ellos sabe a lo que se
enfrentan. Somos los únicos que podemos ayudar.
Veía la resistencia en los ojos de Stefan y la sentía en la tensión de
sus músculos. Pero a medida que seguía mirándole directamente, vio
cómo sus objeciones caían una a una. Por el simple motivo de que era
la verdad, y Stefan odiaba mentir.
-De acuerdo –dijo él por fin, con pesar-. Pero en cuanto esto finalice,
nos vamos. No voy a dejar que te quedes en una ciudad por la que
corren grupos de vigilantes con estacas.
-Sí -repuso ella, devolviendo la presión de sus dedos con la de los
suyos-. Una vez que esto haya acabado, nos iremos.
Stefan volvió la cabeza hacia Alaric.
-Y si no hay modo de disuadirlos de celebrar el baile mañana, creo
que deberíamos mantener una vigilancia sobre él. Si finalmente
sucede algo, tal vez podríamos detenerlo antes de que se descontrole.
-Ésa es una buena idea -dijo Alaric, animándose-. Podríamos
reunirnos mañana después de oscurecer, aquí, en el aula de historia.
Nadie viene aquí. Podríamos vigilar toda la noche.
Elena dirigió una dubitativa mirada a Bonnie.
-Bueno... Significa ría perderse el baile en sí; para aquellos de
nosotros que podrían haber asistido, quiero decir. Bonnie se irguió en
toda su estatura.
Bonnie se irguió con toda su estatura.
-Bueno, ¿a quién le importa perderse un baile? ---dijo indignada-.
¿Qué le importa un baile a nadie?
--De acuerdo -declaró Stefan con tono serio-. Entonces está
decidido.
Un espasmo de dolor pareció sobrecogerle e hizo una mueca
mirando al suelo. Elena se sintió inmediatamente preocupada.
--Necesitas ir a casa y descansar -dijo-. Nadie, ¿puedes llevarnos
en el coche? No está muy lejos.
Stefan declaró que era perfectamente capaz de andar, pero acabó
cediendo. Una vez en la casa de huéspedes, después de que. Stefan y
Damon salieran del coche, Elena se inclino sobre la ventanilla de Alaric
para hacer una última pregunta. Era algo que había estado
atormentando su mente desde el momento en que Alaric les había
contado su historia.
--Respecto a esas personas que habían tropezado con vampiros
-dijo-. ¿Cuáles era los efectos psicológicos? Quiero decir, ¿se
volvieron todos locos o tuvieron pesadillas? ¿Siguieron adelante con
normalidad, algunos de ellos?
Depende del individuo -respondió él-. Y de cuantos encuentros
hayan tenido, y de qué clase de contactos fueron. Pero en su mayoría
dependió de la personalidad de la víctima, de lo bien que pudiera lidiar
con ello la mente del Individuo.
Elena asintió y no dijo nada hasta que las luces del coche de Alarie
fueron engullidas por el aire inundado de copos de nieve. Entonces se
volvió hacia Stefan.
-Matt.

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