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para todos aquellos fanaticos de las historias de ficcion y los vampiros en este blog publicare los libros de la exitosa saga que a arrasado por EEUU cronicas vampiricas (de la serie vampires diarie)...


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martes, 2 de febrero de 2010

FURIA-- CRONICAS VAMPIRICAS-- CAPITULO 12

Stefan miro a Elena, mientras cristales de nieve espolvoreaban sus
oscuros cabellos-
--¿Que pasa con Matt?
--Recuerdo… algo. No está claro. Pero esa misma noche, cuando yo
no era yo misma… ¿Vi a Matt entonces? ¿Le…?
Miedo y una terrible sensación de desaliento dilataron su garganta y
e interrumpieron sus palabras. Pero no hubo necesidad de finalizar, y
Stefan no necesito responder; lo vi en sus ojos.
--Era el único modo, Elena –dijo él--. Habrías muerto sin sangre
humana. ¿Habrías preferido atacar a alguien que no estuviera
dispuesto, herirlos, tal vez matarlos? La necesidad puede empujarte a
eso. ¿Es eso lo que hubieras querido?
--No –respondió ella con violencia--. Pero ¿Tenía que ser Matt? No me
respondas a eso; tampoco a mí se me ocurre ninguna otra persona. –
Tomo aire con un estremecimiento--. Pero ahora estoy preocupada por
el, Stefan. No le he visto desde esa noche ¿Está bien? ¿Qué te ha
dicho?
-No mucho -respondió él, desviando la mirada--. <
paz>> eso fue fundamentalmente lo que dijo. También nego que
hubiese sucedido nada esa noche, y dijo que estabas muerta
-Recuerda a uno de esos individuos que no pueden lidiar con ello
-comentó Damon.
-¡Callate! -exclamó Elena-. Tú mantente fuera de esto, y mientras lo
haces, podrías pensar en la pobre Vickie Bennell. ¿Cómo crees que le
está yendo últimamente?
-Quizá ayudaría si supiese quién es esta Vickie Bennell. No hacéis
más que hablar de ella, pero yo nunca me he tropezado con ella.
-Sí, claro que lo has hecho. No juegues conmigo, Damon… El
cementerio, ¿recuerdas? La iglesia en ruinas. La chica que dejaste
deambulando por allí en combinación.
-Lo siento, pero no. Y por lo general sí recuerdo a las chicas que dejo
deambulando en combinación.
--Supongo que lo hizo Stefan, entonces -replicó Elena en tono
sarcástico.
La cólera afloró a los ojos de Damon, disimulada rápidamente por
una sonrisa inquietante.
-Quizá lo hizo él. Quizás lo hiciste tú. Es toda lo mismo para mí,
excepto que empiezo a estar un poco cansado de oír acusaciones. Y
ahora…
-Espera -dijo Stefan con sorprendente afabilidad-. No marches aún.
Deberíamos hablar...
-Me temo que tengo un compromiso previo
Hubo un veloz batir de alas, y Stefan y Elena se quedaron solos.
Elena apoyó un nudillo en los labios.
-Maldita sea. No era mi intención enojarle Después de que actuó de
un modo casi civilizado toda la noche...
-No importa -dijo Stefan-. Le gusta estar enojado. ¿Qué decías sobre
Matt?
Elena vio el cansancio reflejado en el rostro del muchacho y le rodeó
con un brazo
-No hablaremos de ello ahora, pero creo que tal vez mañana
deberíamos ir a verle. Decirle-.
Elena alzó la mano con impotencia. No sabía qué quería decirle a
Matt; sólo sabía que necesitaba hacer algo.
-Creo -repuso Stefan lentamente-que sería mejor que fueras tú a
verle. Intenté hablar con él, pero no quiso escucharme. Y lo entiendo;
quizá a ti te vaya mejor- Y creo... -hizo una pausa y luego siguió
adelante con decisión-, creo que te irá mejor si estás sola con él.
Podrías ir ahora.
Elena le miró inquisitivamente.
-¿Estás seguro?
-Sí.
-Pero-.. ¿Estarás bien? Debería permanecer contigo...
Estaré perfectamente, Elena -respondió él con dulzura-. Vete.
Elena vaciló, y luego asintió.
-No tardaré-le prometió.
Sin ser vista, Elena dio la vuelta en silencio a la casa de madera con
la pintura desconchada y el buzón torcido con el letrero Honeycutb. La
ventana de Matt no estaba cerrada con pestillo "Chico descuidado
-pensó con tono recriminatorio-. ¿Es que no sabes que algo podría
entrar furtivamente?» Una barrera invisible que parecía una pared
blando de aire espeso le cerró el paso
Matt -susurró.
La habitación estaba oscura, pero, distinguió una figura imprecisa en
la cama. Un reloj digital con números de un verde pálido indicaba que
eran las 12.15.
-Matt -volvió a .susurrar.
La figura se agitó.
-¿Uh?
-Matt, no quiero asustarte. -Hizo que su voz sonara tranquilizadora,
intentando despertarle con suavidad en lugar de darle un susto de
muerte-. Soy yo, Elena, y quiero hablar. Sólo que primero tienes que
pedirme que entre- ¿Puede pedirme que entre?
-Uh_ Vamos, entra.
A Elena le sorprendió la falta de sorpresa en la voz del joven. Sólo
después de haber pasado al otro lado del alféizar advirtió que seguía
dormido.
-Matt Matt --susurró, temiendo acercarse demasiado.
El ambiente: de la habitación era sofocante y recalentado, con el
radiador a toda potencia. Vio un pie desnudo que sobresalía fuera del
montón de mantas de la cama y una mata de cabello rubio en la
cabecera.
-¿Matt?
Vacilante, se inclinó sobre él y le tocó.
Aquello sí obtuvo una respuesta. Con un gruñido explosivo, Malt se
sentó muy tieso en la cama, dando manotazos. Cuando sus ojos se
encontraron con los de ella, estaban muy abiertos y desorbitados.
Elena se encontró intentando parecer pequeña e inofensiva, nada
amenazadora. Retrocedió contra la pared.
-No era no intención asustarte. Sé que es un shock. Pero ¿hablarás
conmigo?
El se limitó a seguir mirándola fijamente. Tenía los rubios cabellos
sudorosos y encrespados como las plumas de una gallina mojada.
Elena vi, el martilleo de la sangre en la garganta desnuda del
muchacho y temió que fuera a ponerse en pie y salir disparado de la
habitación.
Entonces los hombros de Matt se relajaron, hundiéndose, y el cerró
los ojos despacio. Respiraba profundamente, pero de un modo
irregular.
-Elena.
-Sí -susurró ella.
-Estas muerta.
-No. Estoy aquí.
- Los muertos no regresan. Mi padre no regresó -No morí realmente.
Sólo cambié.
Los ojos de Matt seguían cerrados en actitud de repudio, y Elena sintió
que una fría oleada de desesperanza la inundaba
-Pero deseas que hubiese muerto, ¿verdad? Te dejaré ahora –murmuro.
El rostro de Matt se descompuso, y el muchacho empezó a llorar.
-No. No. No lo hagas, Matt, por favor.
Se encontró acunándole, luchando para no echarse a llorar también
ella
-Matt, lo siento; ni siquiera debería haber venido aquí -No marches
-sollozó él- No te vayas.
-No lo hare. -Elena perdió la batalla, y las lágrimas cayeron sobre los
cabellos húmedos de Matt-. No era mi intención hacerte daño -dijo-.
Nunca, Matt_ Todas esas veces, todas esas cosas que hice Jamás quise
herirte. De verdad. -Luego dejó de hablar y se limitó a abrazarle.
Al cabo de un rato, la respiración de Matt se sosegó y él se recostó en
la cama, secándose el rostro con o un trozo de sábana.
Evitó mirarla a los ojos. En su rostro había una expresión no sólo de
embarazo, sino de desconfianza, como si estuviera preparándose para
algo que temía.
-De acuerdo, estás aquí. Estás viva -dijo en tono áspero-. ¿Qué quieres,
pues?
Elena se quedó anonadada.
-Vamos, debe de haber algo. ¿Qué es?
Nuevas lágrimas pugnaron por salir, pero Elena se las tragó.
-Imagino que me lo merezco, Sé que es así. Pero, por una vez, Matt, no
quiero absolutamente nada. Vine a disculparme, a decir que lamento
haberte utilizado; no sólo esa noche, sino siempre. Me importas, y me
importa si sufres. Pensaba que tal vez podría hacer que las cosas
mejoraran.-Tras un profundo silencio, añadió-; Creo que te dejaré
ahora.
-No, espera. Espera un segundo. -Matt volvió a restregarse el rostro
con la sábana-. Escucha. Eso fue una estupidez, y soy un imbécil...
-Eso fue la verdad, y eres un caballero. O me habrías enviado a paseo
hace mucho tiempo.
-No, soy un pobre imbécil. Debería estarme golpeando la cabeza
contra la pared de alegría porque no estás muerta. Lo haré dentro de
un minuto. Escucha.-Le asió la muñeca, y Elena lo miró con leve
sorpresa-. No me importa si eres la criatura de la Laguna Negra, la
Cosa, Godzilla y Franrkenstein todo revuelto en una sola cosa.
Simplemente...
-Matt -Presa del pánico, Elena paso la mano libre sobre la boca del
joven,
-- Lo sé. Estás comprometida con el chico de la capa negra. No te
preocupes; le recuerdo. Incluso me cae bien, aunque Dios sabe porque.
--Matt tomo aire y pareció tranquilizarse. Oye, no sé si Stefan te lo
contó. Me dijo un montón de cosas...
Sobre que era malvado, sobre que no lamentaba lo que le hizo a Tyler.
¿Sabes de qué te hablo?
Elena cerró los ojos.
--Apenas ha comido desde esa noche. Creo que ha cazado una vez.
Esta noche casi le matan debido a lo débil que está. Matt asintió.
Así quo se trataba básicamente de estupideces. Debería haberlo
sabido.
Bueno, sí y no. La necesidad es fuerte, más fuerte de Io que puedes
imaginar.
Elena empezó a darse cuenta de que ella tampoco se había alimentado
ese día y que ya había sentido hambre antes de que fueran a casa de
Alaric.
-De hecho..., Matt, será mejor que me vaya. Sólo una cosa: hay un
baile mañana por la noche. No vayas. Algo va a suceder en él, algo
malo. Vamos a intentar tomar precauciones, pero no sé qué podemos
hacen
¿Quién es <>?-inquirió Matt con dureza.
-Stefan y Damon... Creo que Damon también... Y yo. Y Meredtth, y
Bonnie.., y Alaric Saltzman. No preguntes sobre Alaric Es una larga
historia.
Pero ¿contra qué vais a tomar precauciones?
Lo olvidé; tú no lo sabes. Es una larga historia también. Pero… bueno,
la respuesta resumida es: lo que fuera que me mató. Lo que fuera que
hizo que aquellos perros atacaran a la gente en mi funeral. Es algo
malo, Matt, que lleva en Fell's Church cierto tiempo ya. Y vamos a
intentar impedir que haga nada mañana por la noche. -Intentó no
retorcerse-, Mira, lo siente, pero realmente debo irme. --Sus ojos se
desviaron, muy a su pesar, a la amplia vena azul de la garganta del
joven.
Cuando consiguió apartar los ojos de allí y mirarle a la cara, vio que la
conmoción daba paso a una repentina comprensión, Luego a algo
increíble: aceptación.
Puedes hacerlo-dijo Matt,
No estuve segura de haber oído correctamente
-¿Matt?
--He dicho que puedes hacerlo. No me hizo daño la otra vez
--No. No, Matt, de verdad. No vine aquí para eso.
Lo sé. Por eso quiero hacerlo Quiero darle algo que no pediste. -Tras un
momento, añadió-: Por la vieja amistad.
Elena se puso a pensar en Stefan. Pero Stefan le había dicho que fuera,
y que fuera sola. Comprendió que él lo había sabido. Y estaba bien. Era
el regalo que el muchacho le hacía a Matt y a ella.
<> pensó.
Mientras se inclinaba sobre él, Matt dijo: Vendré y os ayudaré mañana,
¿sabes? Incluso aunque no me invitéis.
Entonces los labios de Elena tocaron su garganta
Viernes 13 de diciembre
Querido diario:
Esta noche en la noche.
Sé que he escrito eso antes, o lo he pensado al menos. Pero esta
noche es la noche, la gran noche en la que todo va a suceder. Lo es:
Stefan también lo percibe. Regreso de la escuela hoy y me conto que
el baile sigue adelante; el señor Newcastle no quiso provocar el pánico
cancelándolo o algo así. Lo que harán es tener <> en el
exterior, lo que significa la policía, imagino. Y quizás el señor
Smallwood y algunos de sus amigos con rifles. Lo que sea que vaya a
suceder, no creo que ellos puedan impedirlo.
Tampoco sé si nosotros podemos.
Ha estado Nevando todo El día. el puerto de montaña está bloqueado,
lo que significa que nada sobre ruedas entra ni sale de la ciudad
mientras la máquina quitanieves no llegue allí arriba, cosa que no
ocurrirá hasta mañana, cuando ya sea demasiado tarde.
Y el aire tiene una atmosfera peculiar. No es simplemente la nieve. Es
como si algo aún mashelado que ella estuviera aguardando. Ha
retrocedido del mismo modo que el mar retrocede antes de la llegada
de un maremoto. Cuando se deje ir…
Pensé en mi otro diario hoy, el que está bajo Ias tablas del suelo del
armario empotrado de su dormitorio. Si poseo alguna cosa aun, es ese
diario. Pensé en ir a Sacarlo, pero no quiero regresar a casa. No Creo
que pudiera soportarlo, y sé que tía Judilh tampoco podría hacerlo Si
me viera.
Me sorprende que alguien haya podido soportarlo. Meredith, Bonnie...,
especialmente Bonnie. Bueno, también Meedith, teniendo en cuenta
por lo que ha pasado su familia. Matt.
Sus amigos buenos y leales. Es curioso, antes pensaba que sin toda
una galaxia de amigos y Admiradores sería incapaz de sobrevivir.
Ahora me siento muy feliz con tres, muchas gracias. Porque son
amigos de verdad.
Antes de ahora, no sabía lo mucho, que me importaban. Ni lo que me
importaba Margaret y Tía Judith incluso. Y toda la gente de la escuela...
Sé que hace unas pocas semanas decía que no me importaba si toda
la población del Robert E. Lee Caía muerta, pero eso no es Cierto. Esta
noche hare todo lo posible por protegerlos.
Sé que estoy saltando de un tema a otro, pero me limito a hacer las
cosas que son importantes para mí. Alga así como reuniéndolas todas
en mi mente. Por si acaso.
Bueno, es la hora. Stefan aguarda. Acabara esta ultima linea y me ire.
Creo que venceremos. Eso espero.
Lo vamos a intentar.
El aula de historia estaba caliente y bien iluminada. En el otro extremo
del edificio escolar, la cantina a un estaba más iluminada y centelleaba
con luces navideñas y adornos- A su llegada, Elena la había
inspeccionado desde una distancia prudente, observando cómo
llegaban las parejas al baile y pasaban junto a los agentes de policía
que había ante la puerta. Sintiendo la silenciosa presencia de Damon
detrás de ella, había señalado a una chica de larga melena castaño
claro.
-Vickie Bennett -dijo.
-Aceptaré tu palabra -respondió él.
En aquellos momentos, Plena paseaba la mirada por el improvisado
cuartel general en el que pasarían la noche. Habían despejado la mesa
de Alaric, y éste estaba inclinado sobre un tosco plano de la escuela.
Meredith estaba apoyada junto a él, rozándole la manga con la oscura
melena. Matt y Bonnie estaban fuera, mezclándose con los asistentes
al baile en el aparcamiento, y Stefan y Damon rondaban por el
perímetro de los terrenos de la escuela. Harían turnos.
-Será mejor que tú permanezcas dentro -le había dicho Alaric a Elena-.
Lo último que necesitamos es que alguien te vea y empiece a
perseguirte con una estaca.
-He deambulado por la ciudad toda la semana -respondió Elena,
divertida-. Si no quiero ser vista, no me ven.-Pero accedió a
permanecer en el aula de historia y coordinarlo todo.
«Es como un castillo -pensó mientras contemplaba cómo Alaric
marcaba las posiciones de los agentes del sheriff y otros hombres en el
mapa-. Y nosotros lo estamos de tendiendo. Yo y mis leales caballeros.
El reloj redondo y plano de la pared marcaba el paso de los minutos.
Elena lo observaba mientras dejaba entrar a la gente y luego salir;
también servía café caliente de un termo a quienes lo pedían y
escuchaba los informes que llegaban.
--Todo está tranquilo en el lado norte de la escuela.
--Acaban de coronar a Carolina reina de la nieve. Vaya sorpresa.
--Había algunos chicos alborotando en el apareamiento; el sheriff
acaba de cogerlos a todos...
La medianoche llegó y pasó.
--A lo mejor estábamos equivocados -dijo Stefan al cabo de una hora,
más o menos.
Era la primera vez que estaban todos juntos en el interior desde el
inicio de la velada.
--A lo mejor está sucediendo en otro lugar -dijo Bonnie, vaciando una
bota y atisbando en su interior.
--No hay modo de saber dónde sucederá -indicó Elena con tono firme-.
Pero no nos equivocamos respecto a que sucedería.
-Quizá -repuso Alaric, pensativo- haya un modo de averiguar dónde
sucederá. -Cuando las cabezas se alzaron inquisitivas, añadió-:
Necesitamos una precognición.
Todos los ojos se volvieron hacia Bonnie.
-Ah, no -dijo la muchacha-. He acabado con todo eso. Lo odio.
-Es un gran don... ---empezó a decir Alaric.
-Es algo muy molesto. Mirad, no lo comprendéis. Las predicciones
corrientes ya son bastante malas. Parece que la mayor parte del
tiempo descubro cosas que no quiero saber. Pero ser ocupada... Eso es
espantoso. Y después ni siquiera recuerdo lo que he dicho. Es horrible.
-¿Ser ocupada?--repitió Alaric. ¿Qué es eso? Bonnie suspiró.
--Es lo que me sucedió en la iglesia --explicó pacientemente-. Puedo
hacer otras clases de predicciones, como efectuar vaticinios mediante
agua o leer la palma de In mano... -echó una ojeada a Elena y luego
apartó los ojos-y cosas por el estilo. Pero luego hay ocasiones en las
que-- alguien... me ocupa y simplemente me utiliza para que hable por
él. Es como tener a otra persona dentro de mi cuerpo.
-Como en el cementerio, cuando dijiste que había alguien
aguardándome --dijo Elena-. O cuando me advertiste ele que no me
acercara al puente. O cuando viniste a cenar y dijiste que la muerte,
mi muerte, estaba en la casa.
Volvió los ojos automáticamente hacia Damon, que le devolvió la
mirada sin inmutarse- No obstante, aquello había sido un error, se dijo.
Damon no había provocado su muerte. Entonces, ¿qué había
significado la profecía? Justo por un instante, algo centelleó en su
Mente, pero antes de que consiguiera capturarlo, Meredith la
interrumpió.
-Es como otra voz que habla a través de Bonnie--explicó Meredith a
Alarie-. Incluso no parece ella misma. A lo mejor no estabas lo bastante
cerca en la iglesia para advertirlo.
- -Pero ¿por qué no me hablasteis sobre esto? ---Alarie estaba muy
emocionado-. Esto podría ser importante. Esta... entidad...lo que sea...
podría proporcionarnos información vital. Podría aclarar el misterio del
Otro Poder, o al menos darnos una pista sobre cómo luchar contra él.
Bonnie negaba con la cabeza.
--No. No es algo que simplemente acuda a un silbido mío y no
responde a preguntas Sencillamente me sucede. Y lo odio.
--¿Te refieres a que no se te ocurre nada que tenga tendencia a ponerlo
en marcha? ¿Nada que haya conducido a que tuviera lugar en otras
ocasiones?
Elena y Mcredith que sabían muy bien qué podía disparadlo,
intercambiaron una mirada. Elena se mordió el interior de la mejilla.
Bonnie debía decidir. Tenia que decidirlo Bonnie.
Bonnie, que sostenía la cabeza entre las manos, lanzó una mirada de
soslayo por entre los rojos rizos a Elena. Luego cerró los ojos y gimió.
-Velas -dijo
-¿Qué?
-Velas_ La llama de una cela puede hacerlo. No puedo estar segura, ya
lo comprenderás, no estoy prometiendo nada...
-Que alguien vaya a saquear el laboratorio de ciencias -dijo Alarie.
Fue una escena que recordaba el día que Alarie había llegado a la
escuela, cuando le había pedido a todos que colocaran las sillas en
círculo Elena contempló el círculo de rostros iluminado espectralmente
desde abajo por la llama de la vela. Allí estaba Matt, con la mandíbula
apretada. Junto a él, Meredith, las oscuras pestañas arrojando sombras
hacia lo alto. Y Alaric, inclinado hacia adelante con avidez Luego
Damon, la luz y la sombra danzando sobre los planos del rostro. Y
Stefan, los sobresalientes pómulos demasiado detenidos a los ojos de
Elena. Y finalmente., Bonnie, con aspecto frágil y pálido a la luz dorada
de la vela.
<> pensó Elena, sobrecogida por la misma
sensación que había tenido en la iglesia, cuando había tomado las
manos de Stefan y Damon. Recordó un fino círculo de cera blanca
flotando en un recipiente con agua. <
mantenemos unidos>>
--Simplemente, voy a mirar a la vela -explicó Bonnie, y la voz le tembló
ligeramente-. Y no voy a pensar en nada. Voy a intentar... abrirme a
ello. --Empezó a respirar profundamente, con la mirada puesta en la
llama.
Y entonces sucedió, tal como había sucedido antes. El rostro de Bonnie
se alisó, desapareció toda expresión y los ojos se quedaron en blanco
como el querubín de piedra del cementerio.
No dijo una palabra
Fue entonces cuando Elena reparó en que no se habían puesto de
acuerdo sobre qué preguntar. Buscó a tientas en su mente para
encontrar una pregunta antes de que Bonnie perdiera el contacto.
¿Dónde podemos encontrar al Otro Poder? -preguntó, justo al mismo
tiempo que Alaric saltaba:
-¿Quién eres?
Las voces de ambos -se mezclaron y las preguntas se entrelazaron.
El rostro inexpresivo de Bonnie giró, barriendo el círculo con ojos
ciegos. A continuación, una voz que no era la voz de Bonnie dijo:
Ven a verlo.
--Aguardad un minuto--dijo Matt cuando Bonnie se puso en pie, todavía
en trance, y marcho hacia la puerta-. ¿Adónde va?
Meredith alargó la mano para coger su abrigo.
¿Vamos con ella?
-¡No la toquéis! -ordenó Alaric, incorporándose de un salto mientras
Bonnie salia por la puerta.
Elena miró a Stefan, y luego a Damon. De comun acuerdo, la siguieron,
marchando tras Bonnie por el resonante y vacío pasillo.
--¿Adónde vamos? ¿A qué pregunta está respondiendo? -inquirió Matt.
Elena sólo pudo sacudir la cabeza. Alaric trotaba para mantenerse a la
altura del suave andar de Bonnie.
La muchacha aminoró la marcha cuando salieron a la nieve y, ante la
sorpresa de Elena, fue hasta el coche de Atarle en el aparcamiento del
personal y se detuvo junto a él.
-No cabemos todos; os seguiré con Matt -dijo Meredith con rapidez„
Elena, con la piel helada por la aprensión además del aire frío, montó
en la parte trasera del coche de Alaric cuando él lo abrió para ella, con
Damon y Stefan a cada lado. Bonnie se sentó en la parte delantera…
Ponía la mirada fija al frente y no hablo; pero cuando Atarle salió del
aparcamiento, alzó una mano blanca y señaló. A la derecha en la calle
Lee, y luego a la izquierda en Arbor Creen. Directamente hacia la casa
de Elena, y luego a la derecha en Thunderbird. En dirección a la
carretera de Old Cree&.
Fue entonces cuando Elena comprendió adónde se dirigían.
Tomaron el otro puente que llevaba al cementerio, el que todo el
mundo llamaba siempre «el puente nuevo» para distinguirlo del
puente Wickery, que ahora había desaparecido. Se aproximaban por el
lado de la cancela, el lado por el que Tyler había subido con el coche
cuando llevó a Elena a la iglesia en ruinas.
El coche de Alaric se detuvo en el mismo sitio donde se había parado
Tyler. Meredith frenó detrás de ellos.
Con un terrible sensacion de “deja vu” Elena realizó la caminata colina
arriba y cruzó la cancela, siguiendo a Bonnie hasta donde se alzaba la
iglesia en ruinas, con su campanario señalando como un dedo el cielo
tormentoso- Ante el agujero vacío que había sido la entrada, se plantó.
--¿Adónde nos llevas? -preguntó-. Escúchame. ¿Quieres decirnos
simplemente a qué pregunta estás contestando?
--Ven a ver.
Elena miró a los demás con gesto de impotencia. Luego cruzó el
umbral. Bonnie avanzó despacio hasta la tumba de mármol blanco y se
detuvo.
Elena la contempló, y luego miró el rostro espectral de Bonnie. Todo el
vello de sus brazos y los pelos del cogote estaban erizados
--Ah, no... -musitó-. Eso no.
Mareada, Elena bajó los ojos hacia los semblantes de marmol de
Thomas y Honoria Fell, tumbados sobre la tapa de piedra de su
sepulcro.
Esta cosa se abre -musitó-

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